domingo, 30 de agosto de 2009

De árboles caídos y ciudades que desaparecen...



Como pueden ver, soy una persona perezosa, hace más de un año que no actualizo nada. Sin embargo esta tarde, mientras iba de mi casa hacia el trabajo, de pronto recordé a mi abuelo y esa época en que yo tenía nueve o diez años, esos domingos después del almuerzo en que salíamos a caminar por la ciudad sin rumbo fijo, conversando sobre el pasado, el presente y el futuro. En esas caminatas podíamos terminar recorriendo el cementerio, el parque, la rotonda norte, o cualquier otro lugar, pero lo que nunca faltaba eran los recuerdos vivos de quienes antes habían estado allí. Se preguntarán qué fue lo que me hizo recordar todo eso, bien, lo que trajo esos recuerdos, junto con un regusto a tristeza fue un grupo de hombres derribando y troceando un árbol de los pocos que aún quedan en la veredas de mi ciudad.
Verán... en esa época en que salía a caminar con mi abuelo, prácticamente todas las veredas de la ciudad estaban adornadas con unos hermosos fresnos, esos fresnos que ahora desaparecen, y los recuerdos se iban formando a medida que pasábamos a su lado. En cierta forma, la desaparición de esos árboles parece relacionarse directamente a la desaparición de la ciudad que recuerdo de esa época y a la de la ciudad que no conocí pero que mi abuelo supo describir tan bien.
Muy pronto, esos árboles y esa ciudad sólo serán fantasmas en mi mente, recuerdos que poco a poco también se irán borrando.
Por eso, quisiera que visiten el sitio de un amigo, Fernando Sturzenegger, alguien que saca fotos de esta misma ciudad y sus alrededores pero con la mirada de un poeta. Véanlas, y tal vez se hagan una idea de aquello que yo llegué a conocer tan bien y que hoy, poco a poco, se va...

También adjunto "Las Ciudades Invisibles" de Italo Calvino, una lectura que les resultará más que interesante.